Muerte entre las flores
© Nacho Agulló. Todos los derechos reservados
Años 20. Metralletas. Coches con estribo. No hay duda: se trata de una historia de gánsters. Pero no es una historia de gángsters más; no, es una película de los hermanos Coen, y eso significa sátira y personajes caricaturescos... y ningún género más apropiado que éste para ello. Matones, chivatos, policías y jefazos ven exagerados sus caracteres hasta lo cómico. El resultado es una divertida película.
La historia trata, cómo no, del enfrentamiento entre dos bandas rivales por el control de la ciudad. Hay un truhán de poca monta que trampea a costa de un jefazo. Hay una chica estupenda que se camela a otro jefazo para conseguir que proteja al truhán. Hay un lugarteniente al que todo este asunto mete en un buen lío, y que trata de salir del paso como buenamente puede. Y con estos ingredientes, la historia irá dando vueltas y más vueltas, a cada cual más sorprendente.
Gran trabajo de dirección de actores de los Coen, consiguiendo un ambiente gansteril arquetípico muy logrado. No obstante, ese es también el fallo de la película: en un ambiente tan caricaturesco como éste, las partes dramáticas difícilmente se sostienen, y la película contiene un exceso de éstas.
La interpretación: pasable interpretación de Gabriel Byrne, con un exceso de sobriedad que no encaja con el resto de los personajes. Bien Marcia Gay Harden y John Turturro. Excelente Jon Polito. Y sobre todo, magnífico Albert Finney dando vida al jefazo de la banda.
En síntesis: una entretenida y divertida película de gángsters, con algunas partes demasiado lentas.
Valoración: 
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